7.11.07

DIPLOMACIA INANE




Mientras Marruecos llamó al embajador en España a consultas, Moratinos, lejos de practicar la reciprocidad, estaba oyendo los quejíos del Lebrijano en el país vecino. Nuestra diplomacia ha estado más dura de oido con los lamentos de nuestros nacionales, retenidos en el Chad. Sarkozy, que tiene duende, se ha adelantado, trayendo en su avión a las azafatas españolas hasta Torrejón de Ardoz. Que no tengamos vínculos ex-coloniales o linguísticos con este país, no justifica la sensación de inanidad a la que se ve sometida nuestra capacidad de influencia en las Relaciones Exteriores.

Parece difícil enemistarse con Argelia y Marruecos a la vez, y lo hemos conseguido. Se rescinden los contactos gasísticos con uno y ahora tras la visita de nuestros Reyes a Ceuta y Melilla, la propaganda alauí, compara a las ciudades españolas con Palestina. En este escenario, Moratinos, que tendría que defender nuestra postura, justifica la posición marroquí, con una andanada de las suyas: "cada uno defiende lo suyo". Mejor no pensar en que nos podamos encontrar en una situación de indefensión, fuera de nuestras fronteras. Pero en ese caso, al estilo de las películas, parece que en lugar de decir que uno es ciudadano español, habrá que decir que somos vecinos de Francia.