Aunque en estas elecciones, la principal causa de discusión es saber si las pistolas entran en las urnas o no, otros temas importantes, se escapan del discurso político.
La democracia española, tiene una gran restricción en cuanto la participación ciudadana.
La iniciativa legislativa popular es de las que tiene un ratio más elevado en Europa de acuerdo a su población y no es vinculante para el legislador. Sirva el ejemplo de los tres millones de firmas recogidas en contra de la asignatura de educación para la ciudadanía, que no merecieron para el gobierno ni una pequeña discusión parlamentaria. Las listas, cocinadas en las sedes de los partidos, estarán formadas por nombres desconocidos entre la mayoría del electorado y cooptados entre líderes de los partidos o las distintas corrientes internas.
La Constitución habla de que los partidos deberán de ser democráticos, pero puede allanar barreras para que sea mas cierto y cercano. Las listas abiertas y desbloqueadas, o el mayor respeto a la iniciativa popular son resortes que todavía no se han explorado, ni parece que haya el más mínimo interés por algunos.
PUBLICADO EN CARTAS AL DIRECTOR DE EL MUNDO (26 de MAYO)
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