El último capítulo de ENDESA, saldándose con la renuncia de Conthe, ha mostrado una vez más la cara del intervencionismo, en lugar de un mercado transparente. De la semilla esteril de Gas Natural, a pesar de las actuaciones de Montilla como alcahuete, pasamos a las oscuras reuniones mantenidas con el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso o con el Presidente de Italia, Romano Prodi. Al final, se ha saldado con la renuncia de Eon a seguir, visto que en esta carrera, el árbitro se ha mostrado parcial en muchos momentos.
En el año 2000, el Gobierno de Aznar, vetó en mayo de 2000 la fusión de Telefónica y la compañía de telefonía holandesa KPN, operación deseada por ambas empresas, con el argumento de que el Estado holandés, tenía un 43% de esta empresa. Ahora, aun cuando el Estado no goza de la acción de oro, nuestro gobierno permite el intervencionismo o incluso se sospecha que lo promueve, de una empresa como ENEL controlada en un 15% por el estado italiano.
En esta OPA intervenida, los pequeños accionistas se han visto superados por maniobras florentinas, urdidas desde opacos despachos. Como consumidor, no me gustaría imaginar que el Estado italiano pueda influir en el futuro, en mi factura de la luz y que la empresa ENDESA, no pierda los niveles de eficiencia que tiene, superiores a los de la empresa italiana. Si otros, como nuestro Presidente, se apuntan a la teoría de “los campeones nacionales”, parece que tendremos que disfrutarlos viendo a Fernando Alonso o Rafael Nadal.
8.4.07
ENDESA O LA MANO VISIBLE
Escrito por Burke a las 10:15 p. m.
Etiquetas: Economía
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