Ya sabéis, esa escena de Matrix donde Neo ve un gato negro dos veces. Cuando se lo comenta a los demás, ponen todos pies en polvorosa a la busqueda de un aparato telefónico. Pues a mi me pasa algo parecido últimamente.
Resulta que al ministro Montilla le pillan con el carrito del helado. Mil millones de las antigüas pesetas y no le echan ni con agua caliente. Además califica de caverna mediática y derecha ultramontana a los medios que lo denuncian (es lo que tiene el sindicato del crímen, que no defienden a los "buenos"). Eso de pillarles con la pasta y negar la evidencia, no es nada nuevo. Esto de meter la mano en la caja pública lo he visto yo antes, porque yo soy de los que ve colillas humeando y dice: "aquí alguien ha fumado". La lista de corrupción durante el felipismo, es más larga que la que mandaron a los reyes magos los nietos de Polanco.
Pero esto tiene un claro "déjà vu": el caso Filesa. Lo de la financiación ilegal no es nada nuevo. Luego viene lo de usar para desplazamientos privados medios públicos. Si Alfonso Guerra usó un avión Mistere para ir a una plaza de toros, parece que ahora se puede fletar helicópteros para ir a un hospital por una picadura de abeja o cuando uno deja su trabajo de minijtro y decide volver a su residencia. La sección de curriculos hinflados, tiene una similitud entre el ubicuo Montilla y Roldán. No digamos el favorecimiento descarado, a un grupo empresarial mediatico .
En fin, que yo creía que esto era coyuntural con lo de la era del pelotazo de los 90 y parece más bien una característica permanente. Entre esta fauna gatuna que nos invade dan ganas de buscar un terminal telefónico para evadirse. Esto nos pasa por tomarnos la pastilla roja en lugar de la azul el 14 M. Ya lo decía la canción: "al olor de las sardinas, el gato ha resucitado"
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