He estado en Pamplona ayer sábado, para pedir que no sea moneda de cambio en la negociación con ETA. A pesar de las declaraciones apaciguantes y desmovilizadoras del Presidente Zapatero a Onda Cero, Navarra se perfila como el nudo Gordiano en el puzzle de las relaciones del gobierno con Otegi y compañía. He visto muchas banderas navarras en las convocatorias de manifestaciones en Madrid. Yo que en estas anteriores movilizaciones lo tenía mucho más fácil, no podía dejar de ir por solidaridad.
Me acerqué con familiares a la manifestación. Llegamos con un ligero retraso. Entre bromas, decíamos que a ver si nos confundíamos y aparecíamos de lleno en la concentración de LAB, la misma que a escasos metros, la delegadada del Gobierno en Navarra, había permitido. Pues al final algo así más o menos pasó. Desconocíamos como llegar allá, dejamos el coche y empezamos a andar por el casco antigüo. Preguntamos a un policía municipal por la localización de la manifestación, a lo que nos contesto que si nos referíamos a "la otra manifestación". No sabíamos en que sentido entender esto... Al final resultó que en esa plaza donde estábamos preguntando, era el lugar de celebración del acto de LAB, que daría comienzo un par de horas después. De hecho, ya estaban montando el sonido y las pancartas.
Llevabamos la bandera de España plegada aunque se adivinaba que era la rojigualda. Ya uno nos gritó "fascista", le ignoramos pues ibamos a una fiesta democrática pacífica. Llevaba un atrezzo típico de muchos borrokas, aspecto de pelo desaliñado o rasta y pendientes de aro o brillante en las orejas. Unos metros más adelante, decidimos guardar la bandera en el abrigo: un hombre de media edad nos dice "Guardadla, guardadla, que venis aquí a imponer".
La plaza estaba llena de ciudadanos con sus banderas de Navarra y de España. Lo cierto es que antes de llegar la cabecera de la manifestación al punto de destino, algunos del LAB nos calentaban a los que estabamos en la Plaza, al otro lado del cordón policial.
Provocaciones de la paramanifestación
Llegaba la cabecera a su final y se pusó la canción de "Libertad sin ira". Posteriormente el Presidente de Navarra, Miguel Sanz, expuso un discurso brillante e intenso. El himno de Navarra, puso fin a esta manifestación.
A la vuelta, un policía me comenta que ya que pasaré cerca de la manifestación de LAB, es mejor plegar la bandera para evitar incidentes. Volvemos y bastante cerca de la manifestación proetarra, un par de micos se dedican a atosigar a una mujer que volvía con su bandera navarra, que salen corriendo en cuanto les decimos algo. Por su edad, tendrían que estar pensando más en el fútbol o en otra cosa más que en molestar a esta persona, pero supongo que es lo que han mamado.
Me llena de tristeza, pensar que por llevar una bandera de España te llamen facha. Pero muy distinto es que pase esto en Madrid (que pasa) a Pamplona, y por supuesto muy distinto en zonas más pequeñas de Navarra y el País Vasco. A estas personas no las volveré a ver, pero hay muchos que son sus vecinos y les tendrán que ver todos los días. Este es un drama, con el que muchos no se conciencian. Se tendría que fletar autobuses, para que muchos vean vean que en algunas partes de España, la libertad es frágil y todavía no se ha conquistado.
Extracto del discurso de Miguel Sanz
Libertad sin ira
|