26.8.07

SIN NOTICIAS DE ROSA REGÁS




Su desaparición de la escena política ha sido motivo de alegría para muchos. En sus antecesores, como Luis Alberto de Cuenca o Jon Juaristi, nunca se vió un cáriz tan político para un puesto que no lo es. Su marcado republicanismo, su odio cerval al PP o su alineamiento con el sector más radical de la izquierda, la ha llevado a estar siempre en portada. Así como su prodigalidad contratando secretarias de dirección, o su insistencia en retirar la estatua de Menéndez Pelayo de la Biblioteva Nacional. Raro es que no la haya sustituido por una de Chávez.

Pero la puntilla ha sido el robo de dos incunables. Quizás dada su avanzada edad, no haya considerado de sumo valor tan vetusto material. Dos obras irrempazables, que han sido sustraidos por el relajamiento en las medidas de protección para la consulta de investigadores. Esta gota que colma el vaso, ha supuesto su salida de la institución. La presunta libertaria, ha acabado saliendo con un mensaje paritario: ha sido echada por ser mujer. Mensajes tan cobardes como este, es humillatorio para las mujeres. Que sea mujer es accesorio: lo que es usted, es una incompentente.