Al mito del Yeti, Bigfoot o el monstruo del Lago Ness, se une ahora el del Lince madrileño. Yo sabía que había un lince de Parla, con un buen juego de piernas, pero ahora aparecen excrementos de manera inédita de dicho animal, que hacen suponer la existencia de esta especie en peligro de extinción. Justo en la construcción de una carretera, que pondría en peligro el hábitat de dicho animal.
Esperanza Aguirre ha sugerido con ironía que esos excrementos puede que sean de lince, pero de uno en cautividad. Si se va a las hemerotecas, se recordará como cuando ella era concejala en el equipo de Álvarez del Manzano, se demoraron las obras de peatonalización frente al Palacio Real, porque supuestamente, había unas obras arqueológicas de gran valor, en el subsuelo donde se estaba construyendo un túnel. Finalmente, se obtuvo quincallería antigüa en las excavaciones. No hace falta tener olfato felino, para darse cuenta de que aquí hay gato encerrado.
En el tema de infraestructuras madrileñas, el Gobierno central actúa al alimón con los socialistas madrileños, que se ridiculizan por su manera histriónica de hacer oposición, tildando de extrema derecha al gobierno regional. Se impide por parte del Ministerio de Fomento, que con el dinero de la Comunidad, se construyan carreteras para el beneficio de los ciudadanos.
Ahora, es el Ministerio de Medio Ambiente. Madrid se ha convertido en objetivo prioritario de Pepe Blanco y aunque sus encuestas, según él son buenas (eso si que es ser un lince), el asedio al que se está sometiendo a Madrid desde diferentes escenarios, es casi numantino yendo contra el deber de cooperación leal de las administraciones públicas. De seguir así, no me extrañaría que se encontrasen ADN de oso polar en las construcciones del metro de Madrid. O incluso como en el chiste, algún gamusino... Todo se andará.
29.3.06
EL LINCE MADRILEÑO
Escrito por Burke a las 11:19 p. m.
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