Ya han pasado más de doce meses. Un aniversario que nos trae a nuestra memoria, la desgracia que a once familias no les ha abandonado desde entonces. Pasarán generaciones hasta que se recuperen en todo su esplendor los bosques. Pero al margen de la desgracia humana y ecológica, siempre he pensado que en cierta manera, es una desagradable metáfora de lo que puede suceder en nuestro país. En aquella tragedia, se rehusó aceptar ayuda contra el incendio de otras comunidades autónomas, que eran de distinto signo político.
Si seguimos concibiendo la política en términos de moros y cristianos, rehusando buscar el bien común, la consecuencia de ello, será que al final sólo nos quedará "tierra quemada", y perderá el conjunto de la población. PP y PSOE, son partidos cuyos votantes comparten una gran cantidad de valores comunes. Si ellos no logran tener un consenso innegociable en determinadas materias básicas para el Estado, independientemente de la posición que ellos ocupen, vencerá la minoria que no desea el bien común.
No se trata de negar el pan y la sal a los partidos nacionalistas, pero si saber que con cualquiera de los dos partidos gobernantes, se establecería un cortafuegos contra determinadas visiones, que por ejemplo, impulsen la insolidaridad entre las regiones de España.
Zapatero tendría que saber esto, y desde el lugar que le han dado los españoles, evitar apagar el fuego con gasolina. Costará mucho tiempo, cerrar las heridas que él ha abierto, pero España, es más fuerte que los apetitos de un iluminado o las encuentas de su camarilla de mandarines.
27.7.06
UN AÑO DEL INCENDIO DE GUADALAJARA
Escrito por Burke a las 7:39 p. m.
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