19.10.07

EL TIBET Y ARMENIA





En el imaginario antiamericanista que fluye por gran parte de Europa, está la de un Estado que interviene en las relaciones internacionales, en función de los intereses estratégicos de sus transnacionales, especialmente las extractivas de hidrocarburos. O como resume una manida consigna, la guerra de Irak fue por el petróleo. Algo curioso, cuando este país ha tenido una mayor interdependecia del petroleo iraquí de la que lo tienen los europeos.

Pero recientemente dos hechos han mostrado que los valores, son algo que se tiene en cuenta en la política exterior americana. La condena del genocidio armenio producido por Turquía o la condecoración al Dalai Lama, han producido las quejas de un socio de referencia en Asia Menor y del primer importador de bienes de EEUU, respectivamente. Otros pensarán que se podía haber evitado ampollas con estos países. No he visto a quienes usaban el tema del "no a la guerra", el aplauso por estas actuaciones. Quizás ellos desconozcan donde está Armenia o el Tibet, pero el hecho muestra que en la política americana, sin que signifique que todo lo que hagan sea modélico, los valores son una brújula a la hora de tomar decisiones, aunque ello suponga la queja de sus socios militares o económicos.