Un juez de linea con camiseta de un equipo, y un Presidente del Congreso con camisa de un partido
En un partido de fútbol, unos ganan y otros pierden. En el debate del Estado de la Nación, todos parecen haber ganado los tres puntos, y los trofeos Pichichi y Zamora. Al árbitro del Congreso, Manuel Marín, a veces no le facilitan su labor los parlamentarios, aunque ello va en su sueldo. Ya tenía antecedentes de ser tarjetero con Martínez Pujalte, pero lo de ayer, fue un árbitraje muy casero. No sólo por las interrupciones a Rajoy en la réplica, sino por propalar con autocomplacencia, las virtudes superiores de su función moderadora, con respecto a la de sus predecesores. También le sobró, el remarcar con cierto ensañamiento, quién ocupa actualmente el gobierno y la oposición, algo sabido por todos.
Afortunadamente, por su interés general, este debate pudo ser visto por todos en la televisión pública. Caso distinto es el mundial, donde no sabemos todavía con claridad, donde podremos ver los partidos de la selección nacional. La reventa en los espectáculos está prohibida, pero la de los espectáculos (derechos de televisión), no lo parece. Esperemos que pronto sepamos donde se emitirá, deseando que nuestro equipo nos de una alegría colectiva, que necesitados estamos. Lo único que no le deseo a la selección, es que tengan un arbitraje tan poco ecuánime, como el de ayer del Sr. Marín.
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